¿Estás preparado para hablar en público?


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Hablar en público no siempre es fácil. De hecho, supone un problema importante para muchas personas que temen enfrentarse a un auditorio. Independientemente de que se tenga miedo escénico o no, lo cierto es que es habitual cometer errores cuando no se dominan las técnicas de la oratoria.
Entonces, ¿cuáles son los errores más habituales que cometemos? Antes de resolver esta cuestión, vamos a ver un vídeo de personas pasándolo mal hablando en público:



Para comenzar con buen pie, en nuestro discurso no deben faltar las formas de cortesía, como son el saludar al inicio, presentarnos ante la audiencia y dar las gracias al final, ya que el público nos ha estado escuchando. Los españoles tendemos a la informalidad del discurso, pero estas formas no deben olvidarse. Por tanto vemos que es importante tener un buen comienzo de discurso, que llame la atención, y un buen final. Además, que las ideas estén ordenadas puede facilitar también la comprensión por parte del auditorio

También es importante tener claro el objetivo que se quiere conseguir con el discursoajustándolo dependiendo de la audiencia que se vaya a tener, es decir, no es igual hablar para un grupo de expertos en un área determinada, que por ejemplo para estudiantes o personas mayores. Por ello, hay que tratar de satisfacer las expectativas del auditorio e intentar también adecuar nuestra imagen personal al acto.

                          



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Por otro lado, aunque puede ser muy útil tener la presentación preparada, por ejemplo  en un PowerPoint, no es bueno dedicarse a leerla continuamente, ni tampoco que esté llena de contenidos, ya que es recomendable que sea algo más visual y que contenga tan solo los puntos mas relevantes. Además, hay que tener en cuenta que siempre es mejor innovar y no ajustarse a la presentación tal cual y, sobre todo, no es aconsejable leerla porque en estos casos es habitual darle la espalda al público, lo que favorece que desconecte. 

El hacer el discurso de memoria tampoco es aconsejable, ya que se deja todo al control de los nervios y podemos perder la información. Si queremos leerlo debemos estudiarlo con antelación para así poder hacer correctamente las pausas, marcar énfasis etc. Por tanto, el éxito seguro se conseguirá teniendo un guión o algo que nos guíe y , además, tener conocimiento del tema.


                                                          

El control de la voz es siempre importantísimo en un discurso porque la voz dice mucho. El tono cambia el sentido de nuestras frases y transmite mucha información. Además es recomendable que no sea monótono para no aburrir al público. Además, y con el fin de mantener la atención, se pueden poner en marcha otras tácticas como por ejemplo dar matices con la voz en ciertos momentos, incluir alguna anécdota o contar algo gracioso que esté relacionado con el tema que se trata, etc.

También es relevante saber que el orador siempre llega más cuando está de pie , además la voz se proyecta mucho mejor. El repartir la mirada hacia todo el público también es importante para que el resto no se sienta desplazado.








Para finalizar, algunos de los consejos que se pueden dar para controlar los nervios son la preparación del discurso, el creer que el público va a estar interesado en lo que decimos y tener confianza en que la charla se desarrollará con éxito.

Estas han sido algunas de las tácticas que podemos aprender a la hora de enfrentarnos a un auditorio. Pero, lo que hay que recordar, es que la conducta de hablar en público no es heredada ni recibida genéticamente, sino que se puede aprender y mejorar.



Carla Garzón.

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