El lenguaje y la música


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Hoy en día la música forma parte de nuestra vida diaria, la escuchamos en el metro, en el ascensor, en las tiendas,etc. También es parte del ocio, muchos de nosotros escuchamos música porque nos gusta y porque nos hace sentir, nos aprendemos las letras y nos identificamos con ellas.

Pero, ¿realmente nos fijamos en lo que cantamos?

Esa letra tan bonita que oímos que nos hace llorar, o el rap que nos recuerda las injusticias del mundo, ¿realmente sabemos qué decimos y cómo lo decimos?.

Muchos de los compositores más famosos del mundo componían piezas a las que luego se les adaptaba una letra, que bien podría ser un poema o bien un texto inventado por el propio compositor. Esta letra tenía que encajar con la pieza musical de modo que tanto el intérprete como los oyentes comprendieran la intencionalidad de la pieza.

En la música clásica es muy frecuente encontrar piezas en las que se ve claramente la intención en esa relación de letra y música.  Esto podemos verlo en el siguiente ejemplo: Una pieza de Zarzuela de Pablo Sorozabal, la letra es de Federico Romero y Guillermo F. Shaw.



Si escuchamos la letra y la música vemos como se une lo que se dice con la propia letra, cómo con los picados se imita el canto de los pájaros con la vocal [a]. 
Esto es lo que se oye, lo que oímos, pero ¿cómo esta escrito el lenguaje para poder cantarlo?, eso hay que verlo en una partitura. El siguiente ejemplo es la obra Amor y Odio de E.Granados.








Una vez observada la partitura podemos ver como la letra está fraccionada, cada sílaba coincide con una nota, y en el caso de que sean palabras, se separan con un guión para que veamos la separación silábica de esa misma palabra y no leamos sílabas de otras.

A lo largo del texto los únicos signos de puntuación que se utilizan son los puntos, ya que indican el final de la frase. Por tanto no se usan comas, pues muchas veces la línea melódica nos indica cuando hacer esta pausa y puede ser que no encaje con la norma ortográfica en la que se situaría si fuese un texto aislado.


Otro elemento que llama la atención son las ligaduras que se usan en el texto, se enlazan todas las palabras. Podemos ver que, para hacer que encaje una misma sílaba con la de la palabra siguiente en una misma nota, si la vocal es la misma, se contrae por asimilación. Podríamos hablar en este caso de economización del lenguaje.


Si escuchamos esta pieza podemos fijarnos en los acentos, ya que son determinados por la melodía y no por el texto, es decir, vemos cómo las palabras pierden su acentuación según la norma ortográfica. Esto tiene relación con lo hablado anteriormente sobre la intencionalidad del autor.


Finalmente, solo me queda decir que espero que la próxima vez que cantéis una canción en la ducha, veáis que no solo es una letra, sino que además es una letra hecha y adaptada exclusivamente a la melodía.



Lorena Garrido.






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